La casa tiene una antigüedad de más de 200 años. Aún conserva el techo con vigas de madera y el patio con aljibe original. También se mantienen los azulejos antiguos azules y blancos presentes en el depósito de agua mencionado, en la cocina y en los baños. La casa se encuentra en un predio de nueve hectáreas donde se ubica el casco de la estancia.
Jesús Caraboa, su dueño actual, conserva una percha de sus dueños originales y un espejo.
Desde la azotea de la casa se observa una amplia vista de la ciudad, donde se pueden divisar otros puntos elevados como el Cerro de Montevideo o la zona del Estadio Centenario con el Hospital de Clínicas. En su época era un lugar estratégico, donde se podían divisar las tropas en tiempos de batallas.
Caraboa vive allí desde 1972. Dice que a veces pueden escucharse "voces anónimas", pero se ríe y comenta que una noche apareció una luz que se prendía y apagaba en plena madrugada; sin embargo, resultó ser una linterna prendida cuyas baterías hacían falso contacto.