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Tiempos de travesía

El miércoles 14, en el salón Nilda Ruiz del CCZ 10, se realizó el encuentro “Vínculos y climas institucionales” a cargo de la Lic. Carmen Rodríguez.

La jornada, organizada por la Red de Infancia y Adolescencia de Piedras Blancas y Manga, tuvo como consigna la discusión y análisis del vínculo entre educadores y trabajadores sociales de diversos ámbitos con los niños y adolescentes.
Con la participación de aproximadamente 50 personas, se cuestionó el rol de los docentes y educadores cuando los vínculos con los estudiantes se encuentran debilitados y se instaura la concepción de que ya no hay más nada para hacer. “Si vos te convenciste que no hay nada para hacer, seguís viniendo a laburar pero vos ya renunciaste. Tu cuerpo viene todos los días, pero vos estableciste una renuncia”, señaló la Licenciada Carmen Rodríguez.
Frente al desgaste diario de los docentes, se planteó el beneficio de trabajar en red como forma de compartir las experiencias y apoyarse entre colegas, a la vez de reflexionar sobre las prácticas educativas.
“Necesitamos un poco más de rebeldía”, señaló Rodríguez, a la vez que agregó: “Son tiempos de ponerse piedras en los zapatos, no son tiempos de complacencia. Es un tiempo para incomodarnos, para pensar en qué lógicas hemos entrado. ¿Qué hemos concedido? ¿A qué le somos funcionales? ¿A quién le sirve que yo no piense?”.
Según Rodríguez, es necesario pensarnos como “ladrillos ambulantes”, como constructores de las prácticas, donde no se puede disociar la teoría de la práctica. “Hay que hacer de esta profesión una cosa que tenga mucho espesor en término de los saberes. Armar un país distinto pasa por rearmar el lazo de la infancia. Me cuesta pensar en una tarea mas prioritaria”, comentó.
En este mismo sentido, una de las participantes compartió una frase del escritor portugués Fernando Pessoa que pareció resumir el espíritu del encuentro:  “Llega un tiempo en que es preciso abandonar las ropas usadas, que ya tienen la forma de nuestro cuerpo, y olvidar nuestros caminos, que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el tiempo de la travesía: y, si no osamos hacerla, nos habremos quedado, para siempre, al margen de nosotros mismos”.