José Batlle y Ordóñez compró la finca a los herederos de Duplessis, en 1904, por la suma de 17.000 pesos. Construyó en ella su hermosa casa quinta de Piedras Blancas, se trasladó a esa zona de la ciudad debido a la delicada salud de su hija Ana Amalia. El Arq. Alfredo Campos realizó modificaciones para su ocupación, que tuvo lugar en 1911.
Don Pepe Batlle encontró en esa quinta, entre los árboles y la naturaleza, el remanso donde, rodeado de su familia, pudo encarar sus difíciles labores de estadista y periodista, lejos del bullicio del casco urbano. Hay mil anécdotas de la quinta de Batlle, pero una de las más ilustrativas es la que recuerda que los árboles y las flores del jardín de Piedras Blancas fueron testigos de la discusión y solución de arduas cuestiones de estado y de alta política, ya que ése, al aire libre como en la antigua Grecia, era el lugar favorito de Batlle para recibir a sus colaboradores más allegados.
Desde 1967, la casa quinta de Batlle, es el museo que custodian sus pertenencias y las de su familia,.
Lamentablemente, la falta de personal y de un presupuesto adecuado impiden al público acceder al museo.. En parte del parque, que da sobre la avenida Belloni, se instaló una biblioteca pública que presta un importante servicio cultural al barrio.
Para ver un video erealizado por alumnos de la carrera de Comunicación de la Universidad de Montevideo, haz click aquí.