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Tendiendo puentes

El martes 18 de junio en el salón Nilda Ruiz del CCZ 10 se realizó un taller sobre Trastornos del Espectro Autista.

"En el encuentro con el otro es donde está el ser. Nos corresponde a nosotros entrar en el mundo y en el juego del niño para conectar con él y que así nos permita presentarle nuestro mundo", señaló Diego Curcho, psicólogo y uno de los cuatro talleristas que expusieron en el taller sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA) realizado el martes 18 en el CCZ 10 (Capitán Tula y Belloni).

El taller  fue organizado por la Red de Primera Infancia del Municipio D y tuvo una gran concurrencia de participantes, entre los que se encontraban principalmente  docentes y educadores. La premisa central  se basó fundamentalmente en cómo conectarnos con los niños y niñas con TEA, buscando la comunicación a través de la inclusión y el amor. "No se trata de normalizar, sino formar desde la diferencia y que puedan hallar su lugar", comentó Curucho. 

 "¿El problema es el niño que no entiende las palabras o el mundo que está lleno de palabras y de muy pocas otras vías de comunicación?", se preguntó el segundo expositor de la tarde, Rodrigo Odriozola, estudiante de psicología y acompañante terapéutico en instituciones educativas.

Odriozola señaló que es preciso hacer una distinción entre los términos integración e inlcusión, ya que el primero pretende que el niño/a se adapte a una institucionalidad rígida, partiendo de la base de que somos todos iguales, como una aspiración al "ser humano modelo". Sin embargo, si pensamos desde la concepción de inclusión, podemos entender que todos los seres humanos somos diversos y que para que exista una buena convivencia todos debemos realizar modificaciones en nuestras conductas. Incluso las instituciones deben flexibilizarse para poder contener esa diversidad.
Finalmente, recomendó a los docentes y educadores tener presente que es fundamental es amar la vocación y no perder la alegría para lograr ser puentes entre los niños/as y el mundo.

El concepto de "puente" fue una constante durante el taller. Curcho afirmó que se necesita "calma y un contacto placentero y disfrutable con el otro como medio de comunicación para que exprese su individualidad. Hay que buscar la manera para que la rigidez en su comportamiento se transforme en puente para ir hacia otras cosas"

La maestra Cecilia Guingle destacó la importancia de la comunicación, desde proponer consignas claras, concretas y anticipables así como contar con imagenes que permitan a los niños/as apoyarse visualmente, como las agendas visuales. Y sobre todo, promover la empatía, tanto en el vínculo del docente con el niño/a como con su entorno familiar. 

Patricia fue la última exponente de la tarde. Ella es integrante del grupo Globos Azules, una organización que trabaja por los derechos de las personas con TEA. Además es madre de tres niños, entre los que se encuentra Paul, que tiene TEA y con quien "las cosas cotidianas se transforman en aventuras particulares". Si bien resaltó que muchas veces las situaciones pueden abrumar y resultar duras de aceptar, sus cálidas palabras fueron el testigo fiel de que desde la imaginación, la paciencia y el amor podemos acompañar a los chicos/as en el proceso de descubrimiento y búsqueda de su propia autonomía. 

¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?

Según la página web de Globos Azules, "el autismo es un complejo trastorno neurobiológico que suele afectar a una persona durante toda su vida. No  se trata de una enfermedad, sino más bien de un conjunto de características. Las personas con autismo se comunican, a veces por medios no habituales". 

Existen numerosos prejuicios asociados al autismo, algunos relacionados con frases habituales que solemos repetir sin pensar demasiado en ello. Escuchar y decir que una persona autista vive "en su mundo" suele ser moneda corriente. Sin embargo, desde Globos Azules se señala que no viven en OTRO mundo, sino en ÉSTE mundo, un mundo "desorganizado para ellos, porque ellos necesitan rutinas, anticipación y ajustes que lo hagan seguro y ordenado".

Se calcula que en nuestro país, una de cada 88 personas tiene TEA. Sin embargo, existen solo dos escuelas especializadas en este trastorno y no existen recursos asignados para que las escuelas puedan incoporar acompañantes terapéuticos, formados específicamente para transitar junto con los niños y niñas que deben atravesar ciertas complejidades en las áreas del lenguaje, la comunicación y la interacción social.